domingo, 25 de febrero de 2007

Para la libertad...


"Para la libertad... sangro, lucho, pervivo..." este es uno de los pasajes de la canción de J.M.Serrat perteneciente al álbum a Miguel Hernández. El ilustre poeta alicantino murió como consecuencia de las penurias de su presidio. Un presidio, cuando no era la muerte, que esperaba a todas las almas libres que no pudieron exiliarse antes de acabar la guerra. Hernández, como muchos otros, fue un hombre de paz, pero de nada le sirvió, tan solo para alargar su agonía detrás de los barrotes del penal de Alicante.


"En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto lo que más quería..."


Él lloró, como todos, la muerte de sus amigos, pero tras el conflicto bélico, también tuvo que llorarle a la vida misma, leyendo las cartas que, su esposa, le enviaba. Con ellas vivió, en la lejanía, la infancia triste de su hijo al que dedicó el desgarrador poema "las nanas de la cebolla", también convertido en canción por J.M. Serrat en el mismo álbum.


Muchos fueron los que vivieron el terror del franquismo, en especial ese periodo, de 1939 a 1950, conocido como posguerra. En aquellos años, y en los siguientes, quedó prohibida toda manifestación en contra de los execrables actos terroristas ejercidos desde el poder y uno podía ser acusado y condenado por el mero hecho de dolerse de tanto desamparo. A Miguel Hernández le tocó sufrirlo en aquella época y, años después, en la época que le toco vivir, también J.M. Serrat tuvo que llegar a exiliarse para evitar problemas durante los últimos coletazos de la dictadura. Una dictadura que, aunque menos dura, nunca perdió el control, ni tan siquiera cuando el dictador murió, tampoco cuando se aceptó la nueva Constitución...


¿A qué viene todo esto?


En los últimos tiempos, sobre todo desde 2004, hemos vivido de convulsión en convulsión. Si ETA nació en pleno franquismo y fue cambiando de personalidad hasta nuestros días, la democracia también ha sufrido sus cambios. Desde su nacimiento, allá por el 1978,se han intentado ir incorporando mejoras para hacer de España más moderno e intentarlo alejar del infierno facisto-católico del franquismo, pero, como en la República, llegó nuestro bienio negro, que en nuestro caso duró ocho años. Estos nuevos "conservadores católicos" se pusieron otra etiqueta "liberales de centro", pero al fial resultaron neo-liberales y, salvo la abolición del servicio militar obligatorio, dierón un terrorífico paso atrás en la democracia aun mal definida.


Un atentado, sospechosamente fallido de ETA, a la persona de J.M. Aznar, fue el desencadenante que llevó a este, poco capacitado, político, hasta la presidencia del gobierno. Cuatro años de pactos, donde aún se pueden encontrar acciones de gobierno aceptables, y en el año 2000, tras vencer en las elecciones por mayoría absoluta, Aznar y la cúpula del PP se quitaron la mascara.


A partir de aquel día el mundo empezó a girar más deprisa, se instauró una política de revancha, en especial contra el País Vasco y Catalunya. Se bloquearon todos los procesos de aperturismo a Europa y se desviaron todos los fondos nacionales hacia un proyecto centralista, desvinculando de Madrid, únicamente, aquello que supusiera un gasto excesivo para el estado central, como la atención sanitaria, pero sin retornar las deudas que el gobierno central había contraído con las comunidades autónomas en ese ámbito... es decir, se cargó la seguridad social y sólo la habilidad financiera de las diferentes comunidades autónomas evitó su fin.


El 11 de Septiembre de 2001, el mundo sufrió un empujón adicional, luego llegó la guerra de Afganistán, que por culpa de la falta de previsión del presidente norteamericano, Bush, aún es una sangría de vidas, porque, aún no terminado el proyecto afgano, e instigado por el lobby judío, se metió en el lío iraquí. Y, adivinen quien se metió de cuatro patas en ese mogollón.


Los españoles nos convertimos en un símbolo contra la guerra con manifestaciones multitudinarias por todo el país, pero eso no fue óbice para que el terrorismo islámico atentara el 11M, tres días antes de una elecciones generales. En aquellos días, el ejecutivo del PP, acostumbrado a mentir sin compasión, intentó sacar partido de aquella sangre de inocentes culpando a su archienemiga ETA, la que con otro atentado le dio el poder. Pero para muchos aquello no llevaba la firma de ETA al vez, Aznar, Acebes y compañía pensaron que en tres días no habría tiempo para descubrir el engaño. Sin embargo, la policía española trabajo bien y deprisa y no estaba dispuesta a perder de un plumazo el prestigio que había tardado muchos años en ganar, así que intentaron llevar a todos los líderes políticos sus verdaderas investigaciones, al rey, a Maragall, a Zapatero, a Fraga... incluso a Carod-Rovira. Entre tanto, la prensa y los servicios diplomáticos eran obligados a beber de la fuente del ejecutivo... "hay dos lineas de investigación y una apunta a ETA..." estas seguían siendo las palabras de Acebes, cuando el pastel ya estaba descubierto. La sospecha se convirtió en certidumbre y los medios de comunicación, aquel sábado que debía ser jornada de reflexión, se volcaron en destapar la infamia. Desde la noche anterior, muchos españoles se plantaron, ante las sedes del partido popular, pidiendo explicaciones; a la mayoría no los tuvo que llamar nadie, pero algunos fueron avisados por SMS's de toda índole... la gente estaba enfurecida. Y aquello se acabó, al día siguiente en las urnas. O debió acabarse, porque este grupo no ha ncajado la derrota, y como ya sucediera en la República, tras el bienio negro, las fuerzas de la ultraderecha se han unido, sin mirar en gastos, para volver a incendiar el país, volver a matar a España.


Oposición sin sentido todo lo que haga el actual gobierno, incitar a todos los pueblos de España unos contra otros. Ataques reiterados a Catalunya y Euskal Herria. Y el colmo a sido el de bloquear al ejecutivo cuando ETA hizo ademán de querer llegar a la paz. Por si esto fuera poco, la doble moral del grupo terrorista, algo más que comparte con los aznaristas, ha servido de excusa para iniciar otra campaña para dañar al país en la figura del gobierno. En este flanco, la AVT, dirigida por el Sr. Alcaraz es su adláter.


En las últimas manifestaciones que han intentado disimular que eran contra el terrorismo, mostrando banderas franquistas y gritos fascistas. Han tenido la mala voluntad de ensuciar alguna bandera republicana (la española democrática ya hace tiempo que no soporta su olor) e incluso, para dañar más la realidad han dañado la palabra libertad y cantado la canción del principio... eso sí, sin permiso del poeta ni del autor.



"Para la libertad... engaño, mato y martirizo", porque la libertad es sólo para mí y mi bolsillo...

domingo, 18 de febrero de 2007

Escándalo en Mestalla

La foto no pertenece al partido de Mestalla, donde el público supo comportarse mejor de lo que algunos individuos, ajenos al mundo futbolístico, pretendieron.


La liga de las estrellas ha estado salpicada en muchas ocasiones por la política, pero la de hoy en Mestalla debería obligar a una investigación y una sanción ejemplar ya que se pretendió, con esa actuación, un beneficio económico y político haciendo uso de la obvia mentira y la falsificación.
Si el caso Oleguer no había calentado bastante los ánimos cuando determinados medios de prensa, que avergüenzan a la profesión, habían realizado una interpretación falsa y malintencionada para dañar la imagen de una persona, el jugador Oleguer Presas, que siempre razona sobre temas conflictivos sin temor y metiendo el dedo en la llaga, ahora los mercantilistas de Kelme y algunos miembros del partido popular valenciano han protagonizado un nuevo acto.
No nos cabe duda que el calentamiento previo al partido, de normal, ya hubiera sido suficiente para que silbaran al jugador, pero la cosa podía haber sido peligrosa cuando, algún allegado a la empresa valenciana, rescatada con fondos públicos por el gobierno autónomo del PP, le ha devuelto el favor a este partido de la ultraderecha imprimiendo octavillas y entregándolas a la entrada del campo para enardecer los ánimos. Siendo estrictos con la ley, esa acción constituye un delito de incitación a la violencia, más aún en un lugar tan sensible como son los campos de fútbol. Recordemos los sucesos de las pasadas semanas en Italia.
Por su parte, el jugador Salva Ballesta, que ya nos había deleitado con sus “banderoladas” franquistas, la pasada semana insultó al jugador catalán de forma grosera, también ha sido pitado en Riazor por una parte del público... claro que un aficionado nos comentaba que se debía a cuestiones más relacionadas por el fútbol.
Silbarán también a Capelo por sus palabras de apoyo al franquismo el pasado mes de mayo y que, las malas lenguas, afirman que es la razón de que hoy sea el entrenador del Real Madrid y de que aún se le toleren más fallos.
Todo jugador, como persona que es, tiene libertad para opinar y manifestarse políticamente como le plazca, pero unos y otros deben tener el fútbol separado de la política. Cuando el jugador se enfunda las botas forma parte de su equipo de once y el público que no entienda esta dicotomía persona-jugador no debe ser admitido en un campo de fútbol.
El escándalo de Mestalla, esta vez, no tiene que ver con el árbitro, ni con las expulsiones, sino con la actitud política de algunos elementos externos y que, de tolerarse, amenazan más al fútbol que los posibles errores arbitrales.

domingo, 4 de febrero de 2007

Milton Friedman y el neoliberalismo.


Hoy vamos a recordar la figura de una persona que nos dejó recientemente: Milton Friedman. No quiero engañar a nadie, yo no soy ese tipo de personas que piensan que debe hablar bien de alguien por el simple hecho de habernos abandonado. Lo único bueno que se puede decir de este señor es que ganó el premio Nobel de economía en 1976, pero creo que esto habla peor de este premio que bien del personaje, claro que eso, contado así, no es más que una mera opinión.
Hablar de Friedman es hablar de la “escuela de Chicago” ya que él fue su máximo exponente y sus teorías económicas guiaron a gobiernos como el de Richard Milhous Nixon, Margaret Thatcher, Ronald Reagan y Augusto Pinochet, que bajo sus auspicios borraron todo rastro de política económica keinesiana. En pocas palabras, Milton Friedman es el padre del neoliberalismo económico que promulga la diferenciación social entre los sometidos a las multinacionales y un mundo paria que no merece ningún respeto. Por supuesto que esto no se formula así en sus teorías. Friedman, y en general la escuela de Chicago, retorna a las ideas esenciales de Adam Smith, sin embargo, la teoría de la mano invisible se fue desmoronando conforme evolucionó la globalización. Tarde, muy tarde se descubrió la máxima de que “la riqueza ni se crea ni se destruye, sólo cambia de manos”. Cuando no teníamos un conocimiento global los mercados se autorregulaban y compensaban solos, pero ahora vemos que para producirse esa regulación debe crearse un nuevo flujo de recursos mercantiles desde otro lugar que descompensan en origen y a su vez se regula con recursos de otro lado, etcétera. Los flujos de compensación se globalizan, pero cuando en un punto se concentran varios flujos de compensación, se produce una crisis, esta crisis impide que los recursos de compensación fluyan de la forma necesaria y eso extiende la crisis de mercado en mercado buscando una mano invisible que los compense y si esa mano no llega aparece una crisis global. El mejor ejemplo de este tipo de crisis fue la de los “tigres asiáticos” y en el fondo de esta crisis el error de la escuela de Chicago.
La teoría neoliberal no es una teoría real, lo cierto es que no es más que una burda excusa para que las grandes empresas puedan seguir sus formulas fagocitarias de mercados. El neoliberalismo se resume en una frase: “lo que es bueno para la empresa es bueno para todo”. Creo que la palabra Irak ya lo dice todo. Pero el neoliberalismo olvida también la parte más trabajada del discurso de Adam Smith cuando intenta definir en que consiste la mano invisible. Según Smith la mano invisible es producto del egoísmo de los mercados, no dejaba de fascinarle como una ciudad como París (enorme ya en aquella época) se autoabastecía con productos que, en ocasiones, venían desde muy lejos. Smith explicaba como algunos comerciantes eran capaces de traer los recursos desde muy lejos en busca de su beneficio económico… París era el mercado. Pero en la actualidad quien comercia son las grandes empresas y el egoísmo no está en ese ser jurídico e impersonal, sino en sus ejecutivos y accionistas. Ahora el mercado ya no se abastece de lo que este necesita sino que el comprador debe aceptar lo que a las empresas les produzca mayor beneficio. Cualquiera puede decir que los mercados tienen más variedad de productos de los que ha habido nunca, pero si nos fijamos esto es una falacia, lo que realmente tenemos es una enorme variedad de productos elaborados con un número de productos muy reducido y ,entre tanto, gran variedad de productos base están desapareciendo. Un ejemplo claro: hace cien años se producían cerca de diez mil vegetales comestibles, en la actualidad a duras penas llegamos a trescientos.
Así pues, en la sociedad empresarial de hoy día, los movimientos económicos se mueven bajo los dictámenes del egoísmo de directivos y accionistas. Pero podemos eliminar a los accionistas ya que el pequeño accionista no cuenta, solo cuentan los grandes que a su vez vuelven a ser empresas y, por tanto, dominadas por otros ejecutivos. Esto convierte a esos ejecutivos en los seres más poderosos del mundo, sin embargo, eluden las responsabilidades que ese poder implica. En los años setenta, el neoliberalismo paternizó a unas multinacionales verdaderamente poderosas e irresponsables y el mundo cambió hasta que la crisis del petróleo le puso freno. Para sobrevivir (la empresa era la única importante) las empresas de la época despidieron empleados a manta… solo una gran empresa japonesa de ámbito tradicional plantó cara a esa tendencia: Toyota. Toyota mantuvo a sus empleados a pesar de perder casi todo su mercado, cosa que tiene merito especial porque la automoción fue uno de los mercados más afectados. Cuando a finales de esa década la OPEP accedió a aumentar la producción, las empresas de automoción tardaron en recuperar su ritmos de producción, salvo Toyota, que en nueve meses paso del quinto al primer lugar entre las empresas japonesas de automoción y del dieciocho al tercero en el mundo, fue entonces cuando accedió a fabricar vehículos Honda en sus factorías, salvando a esta compañía que, poco tiempo después, inició su expansión por todo el mundo.
Pero si hablamos del triunfo de una empresa no neoliberal también podemos hablar del fracaso de grandes empresas neoliberales en el sentido puro y duro: ENRON y Pan-Am.
Pero no todo en Milton Friedman fue neoliberalismo. Partiendo de su crítica a Keynes explicó los efectos inflacionistas de la sociedad del bienestar, sin embargo, en lugar de intentar compensarlos, prefirió atacar directamente al estado del bienestar preconizado la ley de la oferta y la demanda libre. Fruto de esta teoría Gran Bretaña desmontó su sistema de seguridad social por otro más parecido al norteamericano en manos privadas. Originalmente los británicos salieron beneficiados con el cambio al eliminar las corruptelas funcionariales, pero en la actualidad, años después, sufren la eliminación paulatina de servicios para mantener el beneficio que la empresa privada exige.
Friedman también actualizó la teoría cuantitativa de la moneda y defendió un sistema socialista de impuestos donde el que mas ganaba debía aportar mayor porcentaje a las arcas del Estado para pagar un sistema social, esto es algo que el nuevo neoliberalismo más salvaje no ha seguido y es algo que él denunció, porque su máxima aportación a la economía fue la aportación de ideas y teoría para salvar las crisis económicas y ya hemos visto como la espiral egoísta es la fuente principal de estas crisis.
Pronto sabremos si su muerte abre la puerta a un neoliberalismo más salvaje o el retorno a las economías sociales. Porque Milton Friedman, a pesar de su avanzada edad, era escuchado por todos los líderes de la economía mundial y su desaparición traerá cambios en las políticas económicas de las naciones más poderosas así como en la OMC, el FMI y el BM.




APÉNDICE


Aunque algunas personas con poder pretendan, desde hace mucho, hacernos creer que la libertad económica es algo bueno, eso es una falacia. Como también es un engaño el término liberal en Europa. Véase la matización, dado que en el viejo continente y en el nuevo no significa lo mismo. Mientras en Europa es la tendencia económica que promueve la liberación de los mercados, en América se refiere a las personas de mentalidad abierta, por lo que siendo poco estrictos, podríamos decir que son definiciones antagónicas. En Europa, ese liberalismo sería algo similar al libertarismo, pero sin sus matices anarquistas. Esa es la razón de utilizar el término neoliberalismo acuñado, creo, por Georges Soros. La libertad de mercados implica la libertad para establecer monopolios y la libertad para que el que tiene más dinero imponga sus normas, por eso los mercados deben estar regulados. De hecho existen muchos grados de liberalismo, pues bien, la escuela de Chicago estaría con aquellos más alejados de las ideas de Keynes y de Galbraith. Esta escuela ha dominado la economía mundial desde finales de los sesenta, pero a raíz de la crisis de los tigres asiáticos y el fracaso de su aplicación en Argentina, se ha iniciado un proceso de crisis. En trabajos recientes se ha demostrado que muchos de los trabajos de esta escuela y en especial de Friedman estaban realizados en un proceso inverso, es decir, primero se ideaba lo que se quería hacer y luego se creaba un estudio en el que se demostraba la validez de esa acciones, si algo fallaba después, siempre se podía culpar a factores externos. Eso pudo servir para Rusia y Argentina como explicación, pero cuando China se negó a seguir los consejos del FMI y contrato a sus propios economistas (la mayoría keynesianos) y salió fortalecida de la gran crisis asiática, el castillo de naipes neoliberal se vino abajo. En nuestro país hay grandes seguidores de Friedman, a pesar de las evidencias, pero además tienen un poder político y sobre los medios de comunicación tan grande como para censurar las teorías que no les son afines. De hecho en España existen grandes economistas de raíces socialdemócratas pero que tienen verdaderos problemas para publicar sus trabajos, mientras entidades como FAES publican los trabajos, incluso inacabados o probadamente erróneos, de “economistas” neoliberales. Respecto a los parias… quien ha visto un paria gobernando una empresa de alto nivel, la oligarquía dominante tiene asegurado esos puestos, si quieres dejar de ser paria solo puedes ser servil adlátere de segunda.

viernes, 2 de febrero de 2007

Derechos de autor, patentes, propiedad intelectual y derechos de pernada (una vuelta de tuerca más al estado farenggi)


El recientemente desaparecido doctor Watson (no el de Sherlock Holmes sino el compañero de Creeck) dirigió el proyecto “GENOMA” durante sus más gloriosos años, escribió que se indignaba porque determinadas empresas, por lo general de la rama farmacéutica, patentaban cada una de las secuencias que terminaban de descifrar y todo ello sin dar nada a cambio a los cientos de investigadores que antes habían abierto el camino a ese descubrimiento. La patente le daba a esa empresa derechos económicos sobre las aplicaciones que se obtuvieran en un futuro sobre esa secuencia. Una perfecta empresa farengi.

En aquellos momentos se desencadenó un gran debate e incluso se llegó a pedir que cambiaran las leyes para certificar patentes y los más progresistas condenaron la apropiación comercial con exclusividad de lo que sólo a la naturaleza pertenecía.

Desgraciadamente aquel momento pasó como hoja que lleva el viento y las grandes corporaciones mantuvieron sus privilegios. Pero llegó un escándalo que aún hoy colea. Las empresas farmacéuticas durante muchos años han “robado” muestras de plantas y animales y fórmulas tradicionales de países tercermundistas, sin declarar ni pagar nada a cambio. De esos productos obtenidos irregularmente extraían sus principios activos que patentaban. Después, algunos de esos principios terminaban convertidos en medicamentos a los que extraían un beneficio comercial brutal, dándose la circunstancia de obtener una homologación sanitaria en el país de origen que no se otorgaba a la cura tradicional. Lo peor del caso es que en ocasiones la medicina llegaba a diferir poco de la medicina tradicional.

Las empresas farmacéuticas trabajan con productos que, a menudo, son la diferencia entre la vida y la muerte, sin embargo, bajo ningún concepto permiten reducir su beneficio comercial. En África una enorme cantidad de gente pobre muere de SIDA, sus países, totalmente arruinados por las multinacionales y sus colateralidades, como consecuencia los enfermos mueren sin ninguna clase de tratamiento y la enfermedad se extiende como un incendio forestal. Se pidió a las empresas farmacéuticas condiciones especiales y fueron cicateros, no ayudaron a solucionar el problema, así que finalmente, algunos de esos países decidieron hacer genéricos para el tratamiento del SIDA. Hoy las empresas farmacéuticas están poniendo todos los palos a las ruedas de esos proyectos como pueden, incluidas amenazas políticas de algunos países dominados por las multinacionales como Estados Unidos. Lo paradójico es que esas mismas empresas deben millones de euros de sus beneficios a los productos que previamente extrajeron ilegalmente de esos países.

Cuando era pequeño me gustaban mucho las historias de piratas, en especial las del cine. Ver a Burt Lancaster saltando de tejado en tejado y manejando la espada era un deleite. En toda historia de piratas había piratas buenos y piratas malos. Los que, según el guión, robaban ricos galeones que venían de expoliar América y los que asesinaban por una pieza de oro y se vendían al mejor postor. Seguro que la realidad de la época original era antes la segunda que la primera y el bien siempre estaba rodeado de mal. Sin embargo, que niño no anhelaba ser un romántico pirata de los primeros.

Hoy el término pirata ha resurgido en los campos comerciales y en el mar de Internet. Hoy, como entonces, hay piratas románticos y piratas malvados, en cualquier caso su final es el mismo y aunque ahora no existe la horca, el pirata que transgrede las leyes que han impuesto los poderosos, es aniquilado. Hoy, como antaño, colgara virtualmente del palo mayor de la nave insignia o pactará con el gobernador de turno una multinacional, un nuevo Port Royal que le dará patente de corso y, tal vez, le hará jefe de su seguridad, si traiciona a suficientes excolegas.

Ayer los piratas usaban ágiles veleros fuertemente armados, hoy sus armas son un crackeador para los piratas de la copia y un troyano para el hacker que busca nuevos puertos donde fondear y si hay suerte arrastrar megas de información confidencial. De estos últimos, de los hackers, se han formado los sueños de los niños de hoy.

-¿Qué vas a ser de mayor?

-Yo quiero ser HACKER.

¿Qué hace tan atractivo a este pirata? ¿El anonimato? ¿La osadía y el riesgo? ¿El beneficio?... ¡No! Lo que le hace tan atractivo es su enemigo. Un enemigo al que todos toleramos porque no nos queda más remedio (o eso creemos). El hacker que soñamos es un luchador romántico que se introduce en las redes de las grandes corporaciones buscando datos sucios que las comprometan, es el que copia programas sobrevalorados y los crackea en las narices de SGAE y BSS, mientras estos lanzan sus piratas malos con patente de corso a romper conexiones y averiar PC’s que contienen copias ilegales.

Pero el cerco se estrecha y las sociedades de autores cobran un canon, una especie de impuesto revolucionario terrorista, por adquisición de cintas vírgenes, CD’s gravables y dicen que pronto por el papel en blanco y tal vez por las hojas de lechuga.

De tanto en tanto cae un pirata, si tiene aptitudes el mundo farengi le ofrecerá trabajo a cambio de eliminar condena, sino directamente a galeras; solo de tanto en tanto, con ayuda de algún astuto abogado, logra salvar los escollos y evita acabar entre rejas.

Mientras quede una mula descargando o un hacker navegando, el estado farengi no podrá extenderse impunemente sin temor.

Mientras quede un poema binario quedara esperanza en la red.

Todos lo sentimos en nuestra piel, no hacen falta ejemplos. Las grandes empresas, a expensas de los ciudadanos, se benefician de las leyes relacionadas con las patentes, derechos de autor y propiedad intelectual. Y cuando una de esas leyes, en cualquier país, deja cabos sueltos, no hay duda de que presionarán y presionarán hasta taponar la fuga.

Es curioso que se haya establecido un tribunal internacional para juzgar los crímenes contra la humanidad. Sin embargo, a nadie escapa que cuando hablamos de derecho internacional, siempre tiene razón el que tiene los “misiles más gordos” y tras él, sin lugar a dudas, se escudarán los miembros del estado farengi. Hoy por hoy, parece que EE.UU. tiene los misiles más poderosos, así que las multinacionales más importantes tienen sede en ese país, pero las que no la tienen también están, por lo general, con su política.

No es de extrañar que las leyes y normas internacionales que siempre tienen posibilidad de cumplimiento son las comerciales y no es un estamento jurídico quien encauza el debido cumplimiento sino la OMC. De este modo hablar de derecho internacional es hablar de reglamentación del estado farengi y claro, la estrella son los derechos de autor, de propiedad intelectual y de patentes. Con esto se dominan la cultura, la ciencia y la tecnología, es decir, el pensamiento humano. Así es como el estado farengi ha creado fundaciones de proyección internacional, pero de carácter privado para proteger, sobre todo, la propiedad intelectual. Curiosamente, estas asociaciones tienen atribuciones tales como hacer abordajes en el mar de Internet, es decir, introducirse en una red informática privada cual pirata informático, que lo son, y causar el daño que se les antoje con la excusa del uso de software ilegal.

¿Es qué ser pirata con patente de corso no es delito también?

No entiendo (es un decir) como los estados de derecho no tomen cartas en el asunto, seguro que hay hackers honrados dispuestos a colaborar con la causa de aniquilar a estos peligrosos corsarios. Sin embargo, los estados a un colaboran de buen grado con las BSS’s y las SGAE’s del mundo, y les dan una credibilidad que no merecen aceptando sin rechistar las propuestas y presiones, dándoles atribuciones que no les pertenecen y dejando de sancionar las más que posibles malas acciones de que alardean.

La propiedad intelectual se ha convertido en un caballo de batalla importante y es que si bien es justo que el creador de algo cobre por el uso de su creación, ya no lo es tanto cuando los maestros del marketing convierten ese algo en un standard pues entonces
Pasa a convertirse en un monopolio. Tampoco es justo que el necesario beneficio implique el desahucio para una parte de la humanidad… como ocurre con el elevado precio de algunos medicamentos insustituibles. Cuando los derechos de autor, de propiedad intelectual o de patentes, se convierten en un abuso, el pirateo, a su vez, pasa a ser la única opción razonable, ya que los legales poseedores de derechos pasan a ser el barco negrero que esclaviza a la humanidad.

Y ahora tomemos a Microsoft como ejemplo (ejemplo facilón). No es justo que cobre altos precios por sus programas si quiere que sean standares. La versión de Windows de turno está sobre los 120€ y aún se puede considerar accesible, pero con solo el sistema operativo no se trabaja y esta casa aún ha creado un nuevo Standard de ofimática: la suite Office que en su versión incompleta supera siempre los 300€. Se puede entender que el uso profesional de esos programas implique un fuerte precio, pero el uso personal no debería ser penalizado de esa manera. Ellos (las empresas de informática) han generado una gran necesidad, ya no se puede vivir sin ordenadores, pero a un tiempo han parcelado todo lo relacionado con ese mundo y se han decidido a cobrar altos dividendos por todo. Hoy en cualquier casa que se tenga un PC hay un mínimo de 600€ en diferentes programas adquiridos, otros 1000€ en programas promocionales o regalados, más shareware y freeware, y aún así seguro que habrá el equivalente a otros 3000€ de programas de dudosa legitimidad… ¿tanto software se usa?... la respuesta es no. Esos programas se usan una o dos veces y luego quedan aislados en el disco duro hasta que decidimos borrarlos para poner otros nuevos. Aún crees que un particular debe pagar 300€ por el Office… De todas formas como casi cada año Microsoft sacará este uno nuevo con nuevas facilidades y nuevas codificaciones que serán nuevo Standard y te obligara a actualizarte por otros 300€… ¡Jesús!


El estado farengi jamás hace ascos al dinero, pero jamás acepta su responsabilidad. Por ello, si no es capaz de controlarse, el estado farengi debe abolirse.